6 Pasos que te llevarán directo a retomar la actividad física

En este artículo encontrarás las 6 herramientas que necesitas para regresar al camino de la actividad física y la calidad de vida. 


​Y entonces llevabas una vida deportiva. Ibas de lunes a sábado al gimnasio. Te sentías lleno de energía. De pronto, pasó algo que cambio todo.

Tal vez te lesionaste​, tal vez conseguiste un nuevo trabajo que choca con tu horario de entrenamiento, tal vez se fue tu compañero de entrenamiento, o tal vez te aburriste. 

La vida da muchas vueltas, cualquier cosa puede pasar​.

El hecho es que, quieres cambiar, o mejor dicho, quieres regresar.

Ser esa persona de antes, que comía saludable, que entrenaba a diario, que le dedicaba al menos una hora a su cuerpo, a su bienestar.

Esa persona más activa, cargada de energía, que observaba cambios en su cuerpo cada mes, que se acercaba a sus metas día a día.

Puedes regresar, estás a tiempo. Nunca es tarde. Solo hace falta querer ¡Sigue adelante! La disposición es el inicio. 

Querer es poder​ ¡Tú puedes! Estos seis pasos te van a ayudar.

Si después de bastante tiempo sin hacer deporte quieres volver al buen camino, tienes que saber que si haces lo mismo de siempre, obtendrás los resultados de siempre: abandonar el ejercicio de nuevo.

¿Cómo puedes agarrar el hábito de hacer ejercicio para nunca dejarlo ir?

Después de probar varias estrategias, Joan Climent te cuenta cómo consiguió pasar de hacer cero deporte, y 97 kilos, a hacer del ejercicio parte de su día a día, y 82 kilos.

Si vuelves a hacer lo mismo...

Si después de todo este tiempo sin hacer deporte te estás planteando volver al buen camino, hay una cosa que debes saber:

"Si haces lo que siempre has hecho, conseguirás los resultados que siempre obtuviste"​

Es decir, abandonar el deporte de nuevo.

Así que, ¿cómo puedes agarrar el hábito de hacer ejercicio y no soltarlo nunca más?

Bueno, afortunadamente para ti, al otro lado de la pantalla está alguien que ya ha pasado por ahí. Después de probar varias estrategias, hoy te cuento cómo conseguí pasar de hacer 0 deporte (y 97 kilos) a no querer acabar un día sin hacer algún tipo de ejercicio (y 82 kilos).

Entiendo tu situación

Desde que era pequeño siempre he practicado algún deporte: fútbol al principio y después me pasé al lado oscuro (según lo tratan los telediarios), el baloncesto.

Y todo iba bien… Hasta que llegó la universidad. Entre estudios, nuevos amigos y nuevos ambientes cambié las ganas de hacer deporte por otras cosas. Sinceramente: no echaba de menos el ejercicio. Acostumbrarse a la “buena vida” es muy fácil.

Pero llegó el día, aquel día en el que la báscula a la que solía visitar por diversión me gritó a la cara: 97 kg. Aquel fue un momento crítico.

Después de casi 3 años sin hacer ejercicio me puse el disfraz de héroe y decidí volver a hacer deporte de nuevo.

¡Y lo conseguí! Aunque después de muchos tropiezos y (re)caídas. Esto es lo que me gustaría ahorrarte. Todo el ensayo y “el prueba-y-error”.

Veamos qué es lo que funciona para volver a hacer ejercicio.

6 Pasos para retomar la actividad física

1. O resultados o excusas, ambos no 

¿Cuál es tu excusa?

Si vas a hacerlo, hazlo bien. Si quieres engancharte de nuevo al deporte, esta vez será como en las bodas, para siempre.

¿Cuál fue el motivo por el que paraste? Anótalo.

Haz un cuadro con ello. Recuérdalo, mantenlo a la vista.

Si olvidaste la razón por la que lo dejaste, aquí hay una lista de las excusas más comunes. ¿Cuál te resulta familiar?

  • Estabas harto de tanto ejercicio
  • Te aburrías
  • Falta de tiempo
  • Te lesionaste
  • Lo sentías como una obligación.

Este es el primer paso para el cambio, prohibido omitir. Ve paso a paso, poco a poco, sin apuro y sin saltarte nada.

2. Todo en la vida tiene solución, ¡búscala!

¿Sabes que hace un gran guerrero? Convierte sus debilidades en sus puntos fuertes.

Si tu punto débil es tu poca habilidad social, trabájalo, hasta que éste sea tu punto fuerte.

Cada uno tiene sus razones para dejar el ejercicio, pero siempre habrá soluciones para transformar tu debilidad en fuerza.

Algunas excusas

¿Tu excusa es que te falta tiempo? Establece prioridades.

Ponlo bien claro: la salud es vital ¿De qué sirve el dinero, los carros o cualquier cosa sin una buena salud? Sé consciente de todos los problemas que tiene la gente que prescinde del ejercicio.

Hacer deporte te permite vivir una vida con más energía. Teniendo en cuenta estas dos cosas, la pregunta es ¿Cómo no empezar a hacerlo ya mismo?

¿Tu excusa es que te aburre?

Fácil. Cambia de ejercicio. Es raro enamorarse a primera vista del gimnasio o de salir a correr. Dale tiempo.

Si pasado un mes sientes que te aburre y sigues desmotivado, entonces toca probar algo nuevo.

Tienes una infinidad de deportes o ejercicios donde elegir. ¿Por qué conformarse con uno sólo?

¿Estas harto de tanto ejercicio?

Puede que estés cansado porque el ejercicio te aburría, en ese caso mira la solución anterior.

También puede que abusaras del ejercicio. En este caso, empieza poco a poco y aumenta el tiempo de ejercicio progresivamente.

Por ejemplo:

Si quieres volver a correr empieza con 2 días a la semana. Después de un par de semanas tú mismo querrás aumentar el tiempo.

Pasa a 3 días a la semana.

Así hasta llegar al punto en el que tu cuerpo te diga que te estás pasando.

¿Te lesionaste?

Es una mala excusa. Dime ¿Por qué no volviste cuando tu lesión sanó?

Si sigues lesionado céntrate en recuperarte. Si te prohibieron hacer el mismo deporte, ya sabes, busca otros.

Si te lesionaste, es probable que cometieras errores en la técnica. Evita hacer ejercicio con el ego. No por levantar más peso eres más fuerte. Si tu técnica es inadecuada sufrirás las consecuencias.

Céntrate en crear una buena técnica, después ya podrás aumentar el peso.

3. ¡Bomba psicológica!

Las personas se mueven en busca de placer y huyendo del dolor.

Absolutamente todo lo que haces es para evitar sentirte herido o para sentir algún tipo de placer.

Por ejemplo:

¿Por qué trabajas?

Por el placer de conseguir dinero, prestigio o crecimiento personal y evitar el dolor de pasar hambre.

¿Por qué tocas la guitarra?

Por el placer de crear una obra de arte.

En cualquier caso, usando esta idea de placer y dolor, creas una bomba psicológica que te impulsa a hacer ejercicio. Crea tu detonante.

¿Cómo? Asocia mucho dolor a seguir sin hacer ejercicio.

Por ejemplo:

Vas a jugar un partido de fútbol entre amigos y tienes una mala actuación. Nadie te quiere en su equipo porque juegas muy mal. Ese es el motivo que te obliga a entrenar más para cambiar esa realidad.

Si antes corrías 1 hora perfectamente, haz la prueba.

Sal a correr hoy mismo, ¿has llegado a correr una hora? ¿Cómo te encuentras? Ponte a prueba a ti mismo y date cuenta de que te cuesta hacer lo mismo que antes.

Esto nada tiene que ver con tu edad. Se trata de que vives sin la intensidad con la que podrías vivir. Estás perdiendo oportunidades a cada segundo.

A veces hay que dar un empujón a alguien para que se decida a saltar.

4. ¿Cómo empezar? Empezando

¿Por qué evades el ejercicio? Piensas que eres malo para eso.

¿La verdad? Todo el mundo empezó por el principio, sin saber qué hacer.

Va a ser demasiado duro.

¿La verdad? Si nunca has corrido ni un kilómetro y mañana pretendes correr la maratón va a ser tan duro que quizás mueras.

Debes empezar a hacer ejercicio de forma que, algún día más pronto de lo que piensas, puedas correr una maratón.

Piensas demasiado.

¿La verdad? Este problema lo tienen 10 de cada 10 personas. Te gusta pensar y pensar sin a actuar.

Te engañas diciéndole a tu conciencia que empleas mucha energía en buscar la mejor estrategia ¡Y es verdad! pero evita perder esa energía pensando ¡Inviertela en ejercicio!

Pecas al vivir demasiado en la mente y actuar poco.

Trucos para empezar a empezar

1. Fecha tope a todo

Para esos momentos en los que te das cuenta de que te has pasado horas o días pensando sobre una decisión que vas a tomar.

Imaginando todas las posibles situaciones, las mejores formas de atacar el asunto. En realidad, sigues inmóvil.

Por ejemplo:

En los primeros días de gimnasio piensas en la tentación de aprovechar ese tiempo en otras cosas. Date 30 segundos para decidir si vas o no. 30 Segundos de reloj.

En esos 30 segundos será difícil para tu cabeza dar excusas.

Sabes que te has propuesto ir y todos los beneficios que eso te va a proporcionar.

Cuando trates de autoconvencerte de que había cosas mejores que hacer, ya habrán pasado los 30 segundos.

Posibles efectos secundarios: No se trata de utilizar esta estrategia para decidir todo en pocos segundos. Hay decisiones que requieren más tiempo.

2. ¡Toma acción!

Cada día trata de cumplir una pequeña meta.

Por ejemplo:

Una de mis metas es escribir 250 palabras (mínimo) todos los días para la comunidad de Caminar es Medicina.

No es mucho, pero hacerlo todos los días fortalece mi músculo de “toma decisión y actúa”.

Esto te lo puede resumir Nike en 3 palabras pero yo en una: hazlo.

5. Mientras más tienes más quieres

Ya conseguiste empezar de nuevo a hacer ejercicio. Viene la parte más difícil: continuar.

Existe un hecho curioso, mientras más comes más ganas de comer tienes.

Lo mismo ocurre con el ejercicio. Si habitualmente eres sedentario tus ganas de hacer ejercicio serán nulas. Pero, conforme más ejercicio haces más quieres hacerlo.

Se va formando la bola de nieve.

Con el impulso inicial ahora todo va cuesta abajo y cada día te costará menos hacer ejercicio. De hecho, cada día te costará más dejar de hacerlo.

Los primeros días o semanas en los que estás (re)empezando, el deporte será todo menos divertido. Será duro, acéptalo.

Tampoco tiene porque ser un martirio, pero no será un camino de rosas. Confía en que las cosas van a ir a mejorando poco a poco.

La primera no es la vencida

A veces vuelves a hacer el deporte que tanto te gustaba y ya no te parece tan divertido como antes.

¿Qué haces en este caso? Cámbialo. Prueba otras cosas. Hay miles de deportes, de todos los colores y para todos los gustos.

Evita quedarte solo en uno de ellos simplemente porque en un tiempo pasado te gustó. Experimenta con otros cuando sea necesario.

Aunque la constancia es una virtud, debes saber cuando dejar de darte cabezazos contra la pared.

6. Nunca falla: compañero de fatiga

Lo que más te hace falta a la hora de empezar es alguien que te cubra la espalda.

Alguien que te guíe por un camino que ya conoce y que tu desconoces.

Un entrenador personal no triunfa porque sus rutinas de ejercicio sean mejores que las que puedes encontrar gratis por Internet, sino porque consigue su objetivo por la parte psicológica.

Es tu compañero, pero también algo así como tu profesor.

Te pone unos deberes y evitas defraudarlo.

Te obliga mentalmente a hacerlo. Es un compañero de fatiga.

Recuerda el punto 4: si no lo haces ahora te engañarás pensando “bueno es irrelevante” o “voy a leer lo que dicen otros“.

Ya está bien de leer. Ya está bien de pensar. Es hora de pasar a la acción. Es hora de mejorar.

Utiliza esta web como compañero de fatiga.

Lo que faltaba

Este artículo es lo que te faltaba para regresar a ese "tú" del pasado. 

Vale la pena luchar por lo que vale la pena tener. Nadie dijo que sería fácil, de hecho, los inicios nunca lo son. 

Pero vale la pena.

Vale la pena que vuelvas a hacer cosas por tu salud, por tu cuerpo y por tu bienestar. Vale la pena que te dediques aunque sea una hora al día. Vale la pena que saque el tiempo para la medicina del mañana.

Porque eso es el ejercicio, medicina. ¡Lucha por recuperar ese hábito!

Recuerda como te sentías antes, dalo todo por volverte a sentir así.

El día de mañana, estarás agradecido de haber empezado hoy. ​

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Nota del Editor: Este artículo apareció originalmente en Caminar es medicina 


Sobre el Autor

Joan Climent tenía problemas con su peso, sufría de ansiedad. Esto lo llevó a aprender la lección más importante de su vida: "Los verdaderos cambios empiezan desde adentro". Ahora escucha a su cuerpo, bajó de peso y controla su ansiedad. El camino hacia esta lección puede ser duro, por eso se convirtió en Coach Certificado, para ayudar a los demás en esta dura travesía. Visítalo en Facebook o en su página web